Laura Spinadel 1958

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Laura P. Spinadel nació en Buenos Aires y desde hace más de 20 años vive en Viena. Ha sido galardonada en 2015 con el Premio de Arquitectura de la Ciudad de Viena por su trayectoria profesional, este mismo año ha recibido también el Doctorado Académico Honoris Causa de la Transacademia-Instituto Universal de las Naciones. En 2014 recibió el Anillo de Honor de Oro de la Universidad de Economía de Viena por el Masterplan del Campus WU. Por esta obra fue nominada al Premio Mies van der Rohe en 2015. Su trabajo profesional lo desarrolla a través de dos organizaciones-estudios: BUSarchitektur y BOA büro für offensive aleatorik, el primero un estudio de arquitectura y el segundo una oficina de investigación y representación gráfica, en sentido amplio.

La excelencia de Laura P. Spinadel ha marcado toda su trayectoria. Se graduó como arquitecta con medalla de oro en la Universidad de Buenos Aires en 1982 y ha destacado en la profesión desde entonces. Su primera incursión profesional fue formar parte del equipo urbano del IBA de Berlín 1983-1984. Ha sido Directora de Relaciones Internacionales y Cooperaciones FADU UBA Buenos Aires entre los años 1986 y 1991 y Profesora de Estrategias Urbanas, en la misma facultad entre 1986 y 1990.

En el año 1986 fundó con el arquitecto Claudio J. Blazica BUSarchitektur, estudio de arquitectura que siguió dirigiendo en solitario luego del fallecimiento de su socio y compañero en el 2002. En 2004 fundó BOA büro für offensive aleatorik. En 2008 integró a sus dos jóvenes socios Bernd Pflüger y Jean Pierre Bolívar a BUSarchitektur.

Estudiar arquitectura fue una decisión marcada según ella misma explica por su formación familiar:

Crecí en el seno de una familia humanista de inmigrantes austríacos y rusos que resolvió los conflictos multiétnicos y de creencias mediante un clima de gran libertad y diversidad. Pienso que no fue casual que mis padres decidieran darme una educación antroposófica en la cual el desarrollo integral del ser humano era el objetivo fundamental. No sentí que la búsqueda de mi vocación fuera traumática pues en realidad lo único que quería era seguir desarrollándome de manera múltiple en la ciencia, el arte, la técnica, la vida en definitiva. Descubrir que la arquitectura me permitiría un despliegue de cuerpo, alma y espíritu despejó toda duda.

Después de 30 años de ejercer mi profesión, te diría que tuve que redefinir qué significa para mí la Arquitectura, pues en muchos casos es un rótulo que me resultaba molesto para seguir desarrollando y materializando mis visiones y para poder hacer Arquitectura de la manera Holística tal como la concibo: soy urbanista, paisajista, fotógrafa, cineasta, editora, diseñadora, curadora, escritora con inscripciones en todos los Gremios que me permiten ejercer de manera libre e integral mi profesión. Holismo no es Generalismo. Tampoco es Diletantismo. Es ese enfoque espiritual y ecológico de la cualificación del medio ambiente que me permite seguir creyendo que lo que hago es formador de sociedad… y ese es un desafío muy interesante.

Para Laura P. Spinadel las diferencias entre hombres y mujeres son presentes, y las considera sensibilidades complementarias e interactuantes, con las que siempre ha buscado trabajar. Personalmente no sintió ninguna discriminación durante sus estudios, ya que las mujeres eran la mitad o más entre sus compañeros, sin embargo siempre ha sentido una discriminación de género en el trabajo, el primero cuando

En mis principios en Berlín, era joven y latina lo cual significó que para muchos debía convertirme en la Musa de los Arquitectos hombres. Para ese machismo europeo mis códigos de pensamiento resultaban sumamente masculinos. Reconozco que no entendía de qué me estaba hablando el Star System de ese momento.

Explica que el peor momento de discriminación coincidió con su peor momento personal:

Cuando ganamos el Concurso para la Urbanización frente al Palacio de Schönbrunn le descubrieron a Claudio J. Blazica – mi socio y pareja – un cáncer muy avanzado. Estábamos en medio de las negociaciones contractuales. Me costó mucho reponerme del shock cuando Claudio me prohibió contarle el tema a nadie, salvo la familia directa. Él estaba convencido que si se corría la voz que el hombre del estudio estaba enfermo no se firmaría el contrato conmigo. Fueron tres meses hasta su muerte en los cuales tuve que hacer este esfuerzo sobrehumano pues tuve que darle la razón. El contrato se firmó un día antes que muriera. Poco después hubo un cambio gerencial en el Banco que era nuestro cliente. El nuevo gerente no podía trabajar con mujeres con carácter. Poco tiempo después me rescindieron el contrato. Con mi abogada les hicimos pagar caro su accionar.

En un determinado momento la invitaron a presentarse a un concurso de Profesora de Arquitectura y Mujer en Aachen, lo que la llevó a estudiar el tema y desarrolló un enfoque de Sensibilidades Interactuantes que implica asumir las diferencias que marcan:

la Declaración de Maternidad o la Declaración de Paternidad, ya que son diferencias biológicas que determinan nuestro actuar y que si son asumidas conscientemente, nos permiten enriquecernos en nuestro género complementario que también tenemos.

De su estudio de las sensibilidades interactuantes deriva su convencimiento de los enfoques diferentes que hombres y mujeres tienen hacia la arquitectura y que es necesaria la integración de ambas sensibilidades para lograr un gran aporte a la vida y al hábitat, es decir equilibrar por parte de las mujeres los rasgos masculinos y que los hombres incorporen variables femeninas en su forma de pensar. Para Laura P. Spinadel:

Las Sensibilidades Interactuantes hacen que la Arquitectura como Servicio sea entendida por una mujer como compromiso social, consideración y juego de roles, mientras que el foco para un hombre estará en la autodefinición, la protección y el respeto. La Arquitectura como Logro Colectivo será interpretada por una mujer como resultado de la cooperación, producto de su talento de organización y su amabilidad. El hombre tenderá a sentir que la ambición, las jerarquías y las relaciones ritualizadas son los fundamentos de ese éxito. La Arquitectura como Instrumento de Poder significará para una mujer el foco en lo instrumental y lo procesual mientras que el hombre lo encarará desde el control y la responsabilidad.

Entre sus numerosos proyectos resulta especialmente interesante el de Compact City (1995-2002), originalmente denominada HomeworkersXXI por su aportación a la reflexión de la densidad y la mezcla de funciones necesarias para construir ciudades. Se trata de un valioso caso de superposición y mezcla de usos en una manzana plurifuncional, con viviendas, comercios, talleres, oficinas, un supermercado y sus almacenes, restaurantes, aparcamientos y equipamientos como una guardería. Con un laborioso proceso de proyecto y gestión ha conseguido realizar una manzana urbana, en la cual se superponen distintos usos configurando un sistema de espacios públicos, accesos, marquesinas y pasarelas. De esta manera, genera una diversidad y complejidad necesaria por su localización periférica lejana del centro de la ciudad, y evita la reproducción de barrios monofuncionales.

Laura P. Spinadel practica una arquitectura que está siempre buscando, una arquitectura marcada por la aproximación holística que cada vez se hace más presente en las obra. Ésta concepción holística de proyectos en diálogo está presente en una obra emblemática en su trayectoria el Campus WU (campus de la Universidad de Economía de Viena, 2008-2015) en que después de ganar por concurso con su propuesta de Master Plan, realizó el proyecto del edificio de estudiantes y centro de auditorios, así como el paisajismo y el parking.

Escribíamos con Jordi Borja que «cuando las formas del crecimiento urbano, o la evolución de la ciudad existente da prioridad a la edificación y / o a la vialidad, cuando los espacios se especializan debido a la segregación social o a la zonificación funcional, cuando la ciudad pierde cualidad de autorepresentación, se produce una reacción social y cultural de retorno al espacio público. Es una reacción que a menudo mezcla un cierto tradicionalismo y la modernidad, la mitificación del pasado y una propuesta de síntesis para el futuro, demanda valores locales y universales. Sin embargo, aun así es una reacción oportuna y necesaria para evitar el desastre urbano»[1]. Esta frase la podríamos aplicar a las universidades. Durante años se ha forzado una división artificial del saber y sus espacios, proyectando para la singularización y la separación entre iguales, donde las partes distintas no se relacionaban y el estudio o investigación se realizaban oculta e individualizadamente. Esta separación también se verificaba en el alejamiento de las universidades de los centros urbanos y en su configuración como espacio ensimismado, con el objetivo de controlar y separar los centros de conocimiento del resto de la ciudad.

Hoy en día, el espacio de la educación y, en particular, de la educación universitaria, tiene que ser repensado y el proyecto de Laura P. Spinadel y BUS Architektur para proyectar el campus como espacio abierto de intercambio ha sido un gran acierto. La propuesta se basó en los espacios de relación, en la que los mismos edificios han sido planteados como masas maleables que se ven modificadas atendiendo a las variables del vacío como espacio esencial y germen de relaciones del proyecto. Este espacio aparentemente vacío es la quintaescencia de la ciudad, es el espacio público que se ha propuesto como protagonista de la universidad. Las masas de los edificios se quiebran, se fragmentan como efecto del moldeado que deriva de los requerimientos del espacio libre, corazón del proyecto. A los edificios se les pide que acompañen el espacio libre, que lo tensionen, pero que nunca lo interrumpan.

El Campus WU está formado por un sistema de edificios que se conforman siguiendo una versión revisitada de la tradición vienesa de los Hof, un espacio abierto central circundado por las edificaciones, es vacío y es centro, es vacío y es organizador. El espacio público propuesto genera, contrarrestando la distancia académica, una escala más doméstica, y más humana. En este espacio público interior se generan situaciones más resguardadas, es un corazón más suave donde la gente se relaciona. Las circulaciones necesarias de vehículos quedan separadas de los espacios de encuentro, los vehículos motorizados entran directamente a un aparcamiento desde el cual las personas salen al espacio central para dirigirse a los diferentes edificios, se provoca, se busca el encuentro casual. Por otro lado, se genera para las bicicletas un circuito exterior en los bordes del campus.

El espacio central abierto y de usos públicos va provocando remansos que generan las transiciones para acceder a cada edificio y a sus diferentes funciones. Estos remansos o plazas son espacios en los que se proponen actividades de relaciones, a partir de las caracterizaciones diferenciadas y las cualidades de cada uno. Cada plaza es la antesala de uno de los edificios, se caracteriza y se diferencia, al tiempo que forma parte del conjunto general, son los espacios para generar y lograr la interacción entre las personas para hacer posible la innovación.

El edificio de los auditorios, clases y comedor proyectado también por Laura P. Spinadel y BUS Architektur, vuelve a replicar magistralmente la lógica espacial del campus. Nuevamente el vacío es el espacio de máxima importancia, que no se puede asir, se va derramando y concatena espacios de actividades y gradientes de intimidad-publicidad diversos. La materialidad escogida refuerza la idea de este interior que se hace exterior. El acero corten de la fachada exterior se pliega y conforma los espacios públicos interiores. Desde los accesos, múltiples opciones que nuevamente replican los aciertos del campus, siempre las visiones oblicuas hacen que el espacio fluya. Nunca topamos con un límite, siempre aparece el exterior llamándonos a continuar el espacio académico fuera de los límites físicos del edificio. Para este fin el espacio abierto que da al área de exposiciones refleja más que ningún otro la importancia de cada espacio, que no hay espacios de atrás, relegados, lo que podría ser un espacio residual se convierte en un nuevo espacio de oportunidad. Las conexiones internas y externas del edificio son espacios de encuentro y transición, logrando espacios de gran capacidad y cualidad para la interacción. En cada rincón de este proyecto se cumple la máxima de que un buen espacio público y un buen proyecto es aquel que soluciona varios requerimientos simultáneamente.

Por supuesto, la visión holística de Laura P. Spinadel se expande más allá del proyecto, en sus construcciones teóricas y discursos, a la vez que envuelve su proyección futura:

Después de haber creado la Iniciativa para los Patios Industriales en Viena a partir de la Ciudad Compacta y haber construido el Campus WU he viajado muchísimo. Me emociona sobremanera ver como la juventud vuelve a recuperar el brillo en sus ojos cuando les cuento que los Milagros son posibles.

No nos olvidemos sin embargo que el Milagro de la Ciudad Compacta o el del Campus WU fueron posibles porque a partir de una visión que desarrollé, decenas de personas tuvieron un rumbo para aunar esfuerzos y esperanzas. Hoy los vientos que nos rodean no buscan mirar por fuera del borde del plato y es como que los socios para cambiar el mundo que nos toca vivir son cada vez más escasos.

Estoy convencida que la transformación solo será posible si logramos que las bases exijan el cambio de paradigmas y logren que se forme una masa crítica de librepensantes.

En la actualidad he desarrollado el Concepto de las Aldeas Holísticas que deseo iniciar y llevar a cabo en todo el planeta. Es muy interesante que mis socios para esta movida en todo el mundo sean fundamentalmente mujeres u hombres sumamente desarrollados en el tema de las Sensibilidades Interactuantes. Estoy convencida que debemos lograr que la gente vivencie estos espacios para recuperar la ilusión y la fe en el futuro. Lo veo como un gran desafío y estoy muy curiosa pues me pregunto qué desperté con estas ideas en mis socios en Corea del Sur, India, Paraguay, México, Colombia, Brasil y Argentina. Las Aldeas Holísticas serán arquitectura a partir de recuperar la conexión con la vida, la cultura y el cosmos en realidades totalmente distintas. El tema me apasiona…

Es decir que nuevamente estoy inventando mi futuro a partir del convencimiento que nuestros aportes son fundamentales para lograr acercarnos a nuestra saudade. En mi caso crearme los lugares en la tierra que me permitan volar…

[1] BORJA, Jordi y MUXÍ, Zaida Espacio público: ciudad y ciudadanía. Barcelona: Electa, 2003.

Más información

Mariela Marchisio, Conjunto Hoffmann Geht Spazieren, en For Export, 30-60 cuaderno latinoamericano de arquitectura, nº 15, 2007