Andrea Saltzman 1958

Arquitecta por la FADU-UBA, Catedrática de Diseño de Indumentaria y Directora de la carrera de Diseño de Indumentaria y Textil en la FADU. Autora del libro El cuerpo diseñado (2004). Coordinadora del Taller de Vestuario en la IX Bienal de Arte de La Habana en 2006.

Andrea Saltzman se recibió de arquitecta en 1983 en la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad de Buenos Aires, actualmente y desde 1989 es Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo, este cambió de nombre y ampliación de estudios están relacionados con ella, ya que desde 1989 es profesora, y actualmente catedrática, de diseño de Indumentaria. Entre 2010 y 2014 fue directora de la carrera de Diseño de Indumentaria y Textil, FADU-UBASi ella es el Alma Mater de la indumentaria en la carrera, Rosa Skific es la del diseño textil. Ha sido responsable de la creación de la primer Tecnicatura en producción de Indumentaria dependiente de la Secretaría de educación del gobierno de la ciudad de Buenos Aires (1998) y de la puesta en marcha y capacitación del equipo docente de 1998 hasta el 2001. Forma parte de la comisión evaluadora del Sello del Buen Diseño del Plan Nacional de Diseño del Ministerio de Industria de la Nación.

Fue invitada de honor al Encuentro Latino de la Moda y desde el 2014 es miembro del Comité Académico de la Moda, iniciativa desarrollada por la Facultad Diseño y Comunicación de la Universidad de Palermo.

Andrea Saltzman es, además de arquitecta, bailarina (integró ballets de Ana Itelman y María Fux) y posee un archivo documental con rarezas de la moda argentina – que incluye desfiles de Grippo, Bunader, Baño, Kelo Romero y pases de los Varanasi en Paladium–. En la entrevista brindada a Victoria Lescano se refiere a su método para formar diseñadores de indumentaria y al crecimiento de la figura del diseñador:

“En el 89, cuando empezó la carrera dentro de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo, en la industria no había espacio para el diseñador. Me acuerdo de que quienes estuvimos en el comité de formación de los programas de estudio lo comentamos con industriales y nos dijeron: ¿Es que acaso les van a enseñar a coser? […] el diseñador ya está instaurado y el empresario lo mira como aquel que puede abrirle las puertas para generar cambios en su empresa. Creo que el boom del diseño en relación con otras disciplinas responde a que aportan una mirada optimista, plantea el deseo y situaciones de ajuste constantes, pero siempre acompañadas de ilusión y una mirada poética”.

Las prendas hábitat, transformables y las relaciones con el espacio y movimiento, los límites endebles entre portar y vestir están presentes en el discurso de Saltzman, quien destaca sobre el método propio:

“Cada año incorporo nuevos lineamientos para la investigación. El último (en 2002) fue incorporar elementos de traumatología –en verdad descubrí todo un universo a partir de una operación de cadera de mi marido– y empecé a invitar a una terapista física a las clases. Los alumnos experimentaron haciendo ropa con tobilleras, rodilleras y todo lo que permite mejorar la postura, y varios lo aplicaron a una colección de ropa apta para el embarazo y posparto”.

Su experiencia como bailarina de danza contemporánea, así como su formación en plástica y textil, influye en la manera en la que entiende y trabaja el espacio, el movimiento y el cuerpo. Considera la indumentaria como una membrana viva de articulación entre el sujeto y el mundo, tema que ha desarrollado en su doctorado y en su libro El cuerpo diseñado (Paidós, 2004).

Muy pocos libros, hasta ahora, han tratado a la indumentaria como un elemento que no solamente atañe, sino que además modela y regula –sin mediación alguna–, los modos de la sociabilidad, la vida cotidiana y, cómo negarlo ya, la intimidad y las relaciones entre los sexos. En este contexto, El cuerpo diseñado viene a sumar a una cuestión tradicionalmente reducida al ámbito de la crítica de lo suntuario -cuando no de lo puramente teórico o técnico-, una perspectiva provocativa e innovadora, que consiste en tomar al cuerpo humano –entendido como estructura morfológica primaria pero también como sistema sensitivo y de memoria vital– como el verdadero origen y fin de todo proyecto de diseño. Lo que significa: pensar el diseño como la herramienta óptima para crear las «situaciones» de lo humano, a su propia medida y, más importante aún, a la medida de sus aspiraciones. Andrea Saltzman invita al lector a reformular los principios ideológicos y materiales de un quehacer que, lo advirtamos o no, impone las condiciones mismas de nuestro «ser en el mundo». Para ello, El cuerpo diseñado presenta una precisa revisión de la fisiología y la motricidad corporal, la historia, las características y los diversos usos culturales del textil, los cruces entre lo accesorio y lo funcional, y las transformaciones tecnológicas en el campo del diseño de vestimenta, factores que, entre muchos otros, permiten vislumbrar perfectamente el alcance de sus hipótesis y la novedad de su planteo.

Ella como diseñadora o junto con sus alumnos ha desarrollado numerosas muestras, entre las que se cuentan El cuerpo diseñado (1999) y Mutaciones (2000), ambas en el Centro Cultural Recoleta. Asimismo, realizó la curaduría de las muestras Moda (2003) en la Fundación Proa y Hábito Malba en el Museo de Arte Latinoamericano, y otras en el Teatro General San Martín, en el Museo de Arquitectura, entre otros. Destaca la organización de los desfiles de final de curso en el que quedan reflejados los preceptos que guiaron en su momento la organización de los diferentes años de estudio: en primer año el punto de partida son las relaciones entre la forma y la función que permiten a un diseñador resolver problemas y tomar decisiones, en el nivel dos se agregan técnicas para combinar la función con tecnologías y en el último se suman los valores simbólicos, de esta manera se integran los cuatro ejes que cierran el discurso de diseño.

La ironía y la metáfora, la inspiración en diferentes culturas, en la literatura y el arte plástico están presentes en sus trabajos y en la base de su docencia. En su texto El desafío del diseño señala que la metáfora es la gran herramienta para comprender y reinterpretar

“El desafío no es la montaña ni el escalador, sino la maravillosa capacidad de interactuar entre ambos. El momento de crisis en el que estamos inmersos (energética, ambiental, problemas de distribución de la riqueza, la finitud de los recursos naturales) implica re pensar el campo del diseño desde un lugar más conectado y consciente de la complejidad de la tarea. Es indispensable crear nuevas metáforas que abran a nuevos imaginarios. Salir del orden en el que estamos inmersos y volver a crear nuevas lógicas. El problema del diseño no es la explicación sino la construcción de mundos. En esa construcción, forma y percepción, imaginación y pensamiento, materialidad y experiencia, se funden en un proceso proyectual. El diseño trabaja en la innovación, en la proyección de un mundo que todavía no existe y que se construye en el universo de las formas, pero lo interesante de esas formas es que se vinculan a la conducta, a la manera de ser y hacer del sujeto en el mundo y al modo en que ese mundo le provee sustancia para producir e interactuar con el mismo. Es decir el diseño se plantea como mediación entre el individuo y el contexto.

Las facultades de diseño son un gran laboratorio en los cuales se experimenta y se producen formas – ideas – modos de habitar, con el desafío de mejorar aquello que está establecido.”

y continúa diciendo que su actitud se resume en:

“(…) volver a generar nuevas preguntas, salir de la certeza, correrse de la certidumbre para validar la intuición, la imaginación y el pensamiento metafórico”.

Es profesora invitada en diversas universidades de Brasil. Colombia, Chile, Uruguay y en otras ciudades de Argentina. Y ha dado conferencias en encuentros de moda y de educación, además de en los países citados, en Italia y España, entre otros.

Y sobre la función del designer, la joven catedrática reflexiona:

“En el imaginario de mi época lo ideal era entrar a un marca y así fue como tuve la increíble experiencia de soportar en una empresa familiar que una nena de diez años –por supuesto la hijita de los dueños– se pusiera a corregir mi colección y dijera ¡no mejor esto no! En el paso por varias marcas encontré todo muy vacío de contenido y frustrante, más que dar espacio para generar nuevas formas parecía que mi rol se limitaba a cambiar el hilo o el botón de una prenda. La diferencia ahora está en que muchos alumnos –varios emigraron a España y Bélgica a intentar empezar con sus marcas– ya se abocan a su propia obra a pesar de las dificultades económicas y Palermo es un ejemplo de que puede haber un movimiento propio. Si bien parece superfluo pensar en la moda cuando pasan cuestiones tan graves, si todo se encarrilara hacia la construcción de una industria, tal como pasó en Brasil, se podría generar trabajo y cultura, que en verdad ése es el rol que debería tener el diseño” (en entrevista en Página 12).

«El textil es básicamente un territorio de hibridación. De allí su riqueza, su capacidad de recrearse y recrear el mundo…La identidad nunca es una forma congelada ni retenida, responde a una situación vital que moviliza su transformación y se refleja en la forma en que se construye. El tema de la hibridación alude justamente a esa capacidad para crear otra cosa, para asimilarla quebrando la noción de límite fijo y otredad. Refiere a la de piel como organismo permeable desde la posibilidad de encuentro e intercambio. Por eso alude a ese «entre» fecundo que nace en torno al vínculo. Ese “entre” sin duda involucra una noción de sujeto y de cuerpo en el complejo entramado del acontecer. La vida solo es posible a partir del intercambio. Necesitamos para subsistir de esa nutrición elemental: que siempre refiere a tomar, asimilar, transformar y soltar. Esa acción es propia del acto proyectual (en entrevista en Revista Corazonada).

Más información:

Blog de la Cátedra de Andrea Saltzman

Andrada, Laura, Entrevista a Andrea Saltzman en Revista Corazonada, 2014

Rudra, Suchi: The Body as the Basis for Fashion, The New York Times, 2014

Lescano, Victoria: Cátedra Saltzman, FADU 2002, Página 12, 2002

Presentan proyecto conjunto entre la UBA y el Polo Chaco Textil, en Chaco día por día, 2011

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